viernes, 18 de diciembre de 2015

Dale un susto a la Sra. Merkel votando a Podemos

Si alguien tenía aún la más mínima duda sobre su voto del domingo, que mire o vuelva a mirar la mueca que hace la Sra. Merkel cuando Rajoy le dice que la segunda fuerza política en España este 20 de diciembre puede ser Podemos. Si le quedan dudas, que compruebe cómo en todas las instituciones donde hay presencia de candidaturas de unidad popular o de Podemos se produce una curiosa epidemia de dimisiones de representantes del PP. La última, la del Sr. Echeberría en Madrid, pero ha habido bastantes más y habrá otras muchas. El nombre Podemos y todo lo que con él se asocia -mucho, muchísimo más que el dichoso "núcleo irradiador"- da miedo al poder actual y representa una esperanza para muchas personas en nuestro país. Ese miedo y esa esperanza están fundados.

No hay que tener remilgos. Nadie más que quien escribe estas líneas afirma ni ha afirmado con mayor contundencia que el partido Podemos resultante de la disociación del comando mediático de su base movimentista es un partido, como todos los demás, infame, un remedillo de Estado. Sin embargo, este partido infame, que es más empresa que partido, se llama Podemos y evoca por su solo nombre muchas cosas, como el 15M y las ganas de conquista de la democracia que en él se expresaban. Este partido infame ha servido, junto a otras organizaciones y una multitud de ciudadanos, de catalizador para mandar a las instituciones a numerosas personas que en ellas desempeñan un papel esencial, el de la única verdadera oposición. Una oposición que el PSOE nunca quiso asumir y que IU nunca pudo ejercer eficazmente por su debilidad y su cierre identitario en la izquierda.

Podemos es un partido y es una institución (un aparato) de Estado. No es rigurosamente otra cosa. Esto no impide que se haya convertido en la pequeña puerta por la que están entrando personas enteramente ajenas al poder actual en la esfera de la representación para intervenir en ella y modificar las correlaciones de fuerzas. Y es que el Estado solo existe como monstruo impenetrable y hostil a la sociedad cuando se cree en él; si no, es solo la representación imaginaria de una correlación de fuerzas, algo cuya única consistencia real es la relación entre los poderes y las resistencias múltiples que configuran y reproducen el orden social. El Estado no tiene ninguna consistencia propia que lo separe de la sociedad. Ciertamente, la dirección de Podemos parece creer en el Estado y la representación, lo cual, al menos a mi juicio, ha limitado fuertemente el empoderamiento popular que empezó a hacer de Podemos un fenómeno desbordante. Con todo, la horizontalidad y la pluralidad expulsadas de la organización en nombre de la "reponsabilidad de Estado" y de la lógica de la representación/delegación, se ha recompuesto en las candidaturas de unidad popular y en otros movimientos e individualidades que hoy apoyamos las candidaturas formadas por o alrededor de Podemos o junto a Podemos. Si, en pleno periodo de crisis de régimen, se echa a la multitud por la puerta, regresa por la ventana.

Se han criticado los candidatos que la dirección de Podemos ha cooptado para las listas y sobre todo al antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Julio Rodríguez. Se acusa al general de haber sido responsable de no se sabe qué horrores perpetrados por la OTAN e incluso de ser un firme partidario de esa organización militar. Estas acusaciones tienen poca base, pues España no intervino después de la retirada de Iraq, decidida por el gobierno de Zapatero, que nombró a Julio Rodríguez, en ninguna aventura guerrera neocolonial, En cuanto a la pertenencia a la OTAN -lo dice quien fue un activista del movimiento anti-OTAN en los años 80 y hoy es un crítico de todo bloque militar- no es uno de los principales problemas del país, incluso puede decirse que una vez que se está dentro de ella, es mejor permanencer dentro e intervenir desde el interior: aunque suela ignorarse, las decisiones de la OTAN se toman todas por unanimidad, con lo cual existe la posibilidad de bloquear iniciativas militares disparatadas. En cuanto a los demás candidatos cooptados, son sencillamente personas indispensables para formar un eventual gobierno o incluso un gobierno en la sombra.

El programa que presenta Podemos mantiene ciertos ecos del 15M: rechazo de los desahucios (las 5 de la PAH), lucha contra la corrupación, lucha contra la austeridad a nivel estatal y europeo, mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones (referéndum en caso de guerras exteriores, referéndum de autodeterminación en Cataluña, etc.), incluso una forma edulcorada de renta básica (la renta mínima). Nada es revolucionario, pero todo es necesario para mantener unas condiciones de vida digna para la población y recuperar una democracia digna de ese nombre. Quien vote a Podemos debe saber que está votando un programa socialdemócrata, pero debe saber también que este programa no es el de las socialdemocracias históricas, fuertemente influidas por el neoliberalismo, y que, por otra parte, el programa socialdemócrata es imposible en las condiciones actuales -como pudo comprobar el gobierno de Syriza este verano- por lo cual quien lo proponga tendrá que esforzarse por crear el entorno que lo haga posible tanto a nivel estatal como a nivel europeo.

Y una última reflexión para los amigos anarquistas:

Si eres anarquista de verdad, vota para sacar a este gobierno, luego resiste como siempre, pero en mejores condiciones. Ningún gobierno será nuestro gobierno, pero los hay que son directamente enemigos como el actual y los hay menos nocivos. Que la creencia en el Estado (¡compartida con la dirección de Podemos y con la tradición de la izquiersa autoritaria!- no te impida modificar las correlaciones de fuerzas en favor de las mayorías sociales. El anarquismo de verdad siempre supo intervenir en ese terreno.Valdría la pena recordar que en el 36 la CNT no llamaron a la abstención en las elecciones, y sus militantes y simpatizantes votaron Frente Popular. Hay que pensar que gente como Buenaventura Durruti votó al Frente Popular...Por no hablar de los excelentes ministros que tuvo la CNT en el gobierno republicano: no hay mejor ministro que quien no cree en el Estado y no tiene vocación de ocupar cargos.

No regalemos el gobierno a la derecha. Que no se pierda ni un solo voto.

1 comentario:

Carlos CM dijo...

¡Votamos a Podemos! Si surgiera Podemos en Alemania y Francia, más arrugaría el hocico la Merkel... Está claro que no es a ningún Pablo Iglesias, ni a ninguna combinación nombre/apellido, por más famosa que se haga, a lo que se le tiene miedo desde arriba: ¡Es a todos vosotros, a todos nosotros! Por eso los de arriba propalan el miedo a los de abajo .... ¡entre los de abajo! ¿Cuándo caerán las vendas en todos? ¿Será el día del Juicio Final? ;-)

Cordialmente.